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martes, 1 de marzo de 2011

Hacer la cola en Cuba

Se han escrito muchos artículos en lo referente al tema. Es sin dudas, uno de los destacados que se pueden observar cotidianamente en Cuba. Por donde vayamos lo veremos; para comprar, para pagar, para cobrar, para entrar, para salir… Me refiero a hacer la cola.
Llegar con el tiempo justo, apurado y con muy poco tiempo a realizar un trámite o una simple compra y encontrarse con una cola de media cuadra puede resultar una de las experiencias más desagradables del planeta.
¿Pero qué pasa cuando esto se convierte en moneda corriente?
Pues quedan dos caminos: O desistir eternamente de la cuestión y aceptar alegremente el ostracismo social o vivirlo con resignación y valor. ¿Pero qué hay de transformar esta experiencia potencialmente desagradable en algo llevadero y hasta placentero?.
Pues en Cuba se puede observar a mucha gente que ha optado por esta tercera posición.
Un dato fundamental para entender todo este tema es que en Cuba el sistema garantiza y distribuye entre sus habitantes algunos alimentos básicos a precios subvencionados y en moneda nacional. A través de la conocida Libreta de abastecimiento. Cuando llega un producto especial como puede ser pollo a la bodega (especie de almacén de barrio donde se compra con libreta) se dispara el rumor y en pocos minutos se forma tremenda matazón, que es algo así como una cola enorme y descontrolada.
¿Cómo funciona la cola?
Masomenos así. Situación: Cola en la panadería. Uno llega temprano para coger el pan calentito y recién horneado. ¡Pero vaya! parece que no es el único iluminado. Una decena de personas pensaron igual que vos y encima madrugaron. Al llegar se impone la pregunta en voz alta (casi gritando): – ¿Ultima persona?- Y alguien (llamémoslo el señor de gorra azul) le responderá: -¡Yo!- O simplemente hará una señal. Y puede ser que además agregue: -Detrás de la señora- (y la señale).La señora se dará vuelta y le dirigirá una mirada cómplice. Se ha sellado un pacto de sangre. Ahora, pase lo que pase, y en el aparente caos (no existe en realidad una cola formada ni recta, sino más bien un cúmulo de personas que van y que vienen, caminan, se juntan y se superponen) usted puede estar seguro que va detrás del señor de gorra azul, que va detrás de la señora que lo miró. A eso se le llama marcar en la cola. Inmediatamente y automáticamente se ha trasformado usted en la persona responsable de dar las coordenadas de la cola a la siguiente persona que llegue. A partir de este momento usted puede dedicarse a muchas cosas: puede irse a la otra esquina a visitar a un amigo, a comprarse un café, o simplemente puede dedicarse a sociabilizar con los que están en la misma situación de espera.
Ese momento de marcar la cola es crítico, uno debe estar muy atento e identificar muy bien a las personas que lo preceden, pues puede convertirse en víctima de los audaces colados. Gente que llega calladita y sin pedir último observa el desarrollo de los acontecimiento y a la menor distracción usurpa un lugar y lo defiende con mucha vehemencia y convicción con argumentos tales como que fue y vino o que las personas de delante le marcaron, etc, etc. Este personaje es un descarao o mete cabeza.

2 comentarios:

  1. "Se ha sellado un pacto de sangre" jajaaj me reí mucho con eso, se puede hacer un cuento cortazariano con las cosas que pasan en las colas...

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  2. Si Cortazar lo hubies visto ponele la firma que hubiera esscrito algo. Abrazo Turco!

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