Hoy me levanté con una canción en la cabeza. Solo logré conservar por unos segundos tenues ecos de su melodía. Nada más. Ni siquiera una estrofa, ni una palabra.
Y el recuerdo de Charly. El estaba muerto. Acababa de morir.
Ya es casi mediodía y no consigo expulsar este nudo de mi garganta ni la angustia con que se ha teñido esta mañana de febrero.
Charly está vivo. Ese es mi consuelo. Y también saber que es inmortal. ¿Quizás por eso dolió tanto la certeza de su muerte?
¿Qué pasará el día en que verdaderamente nos abandones. El día en que dejes de hacer canciones como cuchillos y chistes para que nos riamos de los idiotas que te toman en serio en los noticieros.
Será un día triste como hoy. Pero sin remedio. Se paralizará Argentina. La gente saldrá a la calle confundida y se mirará con miradas extraviadas y vidriosas, buscando una respuesta que no está en alguien que lo convenza de que esto no ha ocurrido, de que es imposible, de que Charly está en su departamento de la calle Coronel Díaz zapando con amigos o componiendo un nuevo disco.
Será un día parecido al de Olmedo. Al de la negra Sosa. Al de tantos. Seremos huérfanos sin remedio.
Amo el cine. Las películas que más me gustan son las que conjugan el rock con la poesía audiovisual. Una de mis favoritas es 24 Hrs. Party People. Narra tangencialmente la trágica vida de Ian Curtis, cantante de Joy Division.
El protagonista de la película, un periodista, se entera de su muerte en el momento en el que está haciéndole un reportaje para la Tv a un anciano que practica un oficio en extinción: el de pregonador. Por corte vemos al periodista y a su novia sentados en el living frente al TV mirando el reportaje que se está transmitiendo. En el Tv vemos al anciano pregonando mientras hace sonar una campanilla. ”Ha muerto Ian Curtis, cantante del grupo Joy Division . Ha muerto el hombre que cantó Love Will Tear Us Apart”.
Este recuerdo cruzó a mil kilómetros por hora por mi cabeza al despertar y el rebote sonó así:
“Ha muerto Charly. Ha muerto el hombre que cantó Un amor real es como dormir y estar despierto. Ha muerto el hombre que cantó No llores por mí Argentina”.
Y miles de canciones que ya nos regaló y que son inmortales. Como el himno Nacional Argentino que reescribió. O como la canción que está componiendo en este momento exacto.
Para nosotros, nuestra historia, nuestro drama, nuestra argentinidad. Solo Charly se traduce como Gardel. Gracias Charly y larga vida. De verdad que sos inmortal.